-Quédate a mi lado, amado e inmaculado angel de luz…
Abrázame fuerte y dame fortaleza para mantenerme en todo momento inquebrantable, fiel a los designios de Dios.
Con tus dulces manos toca sin cesar mi corazón… calma mi ser!
Para que con cada caricia tuya, este corazoncito mío se avive de amor infinito, por todo cuanto existe en el universo divino de nuestro Dios padre redentor».