Tantra no es sexo

En esencia el tantra es una ciencia milenaria que habla sobre la vida del hombre y su evolución espiritual en esta existencia, la palabra proviene del sánscrito “Tan” que significa red, entramado y expansión, y “Tra” que quiere decir instrumento, herramienta, por lo que se puede decirse que tantra es una serie de herramientas que se entrelazan para expandir la conciencia del ser humano.

Recientemente se ha estado hablando mucho sobre tantra y la mayoría de las personas tiende a pensar que se trata unicamente sobre sexo y sexualidad, cuando en verdad es un sistema que diferentes aspectos tales como espiritualidad, física, metafísica pero también ciencia, que se unifican armoniosamente para crear profundos cambios en las vidas de quienes se adentran con sinceridad y desapego a este conocimiento.

Aceptar nuestra polaridad

Todo en la vida es dual, por ejemplo luz y sombra, arriba y abajo, masculino y femenino; en consecuencia poner en practica el tantra en nuestra vida diaria, nos proporciona un base fundamental para saber indagar en nuestro universo interior y equilibrar la polaridad que también existe en nosotros y a la vez nos enseña, que amor es un motor (instrumento) que nos impulsa para que las increíbles transformaciones que se manifiestan en nuestra existencia, sean sólidas y perennes en el tiempo.

Es por eso que el fin último del tantra no es que seamos capaces de realizar increíbles hazañas sexuales, como por ejemplo hacer extrañas posturas cuando hacemos el amor, más bien nos invita a traer más lucidez, relajamiento, belleza y apertura mental-visual al acto amoroso.Por otra parte es importante comentar que la expansión de la conciencia, no tiene nada que ver con extravagancias espirituales, es verdaderamente más simple pero a la vez un tanto compleja para nuestra mente, pues lo que implica es vivir en el aquí y en el ahora.

Es así como el tantra no sugiere un dominio forzado de los elementos, sino un fluir constante con nuestro entorno, experimentando cada vivencia de forma consciente, plena de manera que podamos enriquecernos en cuerpo, mente y alma.

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