Es importante germinar los granos antes de comerlos porque eso permite maximizar sus nutrientes.
Cuando germinas los granos logras remover una gran cantidad de Ácido Fítico, el cual es un anti-nutriente que inhibe la producción de enzimas necesarias para descomponer los alimentos y absorber sus nutrientes. De la misma forma, germinarlos te ayudará a que los digieras muchísimo mejor, sin sufrir de los molestos gases, motivo por el cual muchas personas evitan comerlos.
La germinación
Es un proceso es sencillo, ya que los germinados o brotes son semillas que tan solo debes dejar desarrollar en un medio húmedo, oscuro, cálido y con suficiente oxígeno, esta fase se llama germinación y contribuye a que el contenido en vitaminas, minerales y aminoácidos aumente considerablemente, nutrientes que se van incrementando a medida que más tiempo dure la germinación.
Método:
Remoja de una noche para el día siguiente los granos o durante 8 horas agregándoles un chorrito de de limón o vinagre.
Al día siguiente, enjuagalos y esparcelos en una bandeja y solo agregales un poquito de agua, la idea es que estén humedecidos siempre hasta que consigas verles el rabito (símbolo de que han germinado).
Normalmente cada 6-8 horas ellos van absorbiendo el agua y lo notarás al verlos un poco secos, cuando esto pase, deberás agregarles un poquito más de agua y así sucesivamente hasta que le veas el «rabito» y decidas cocinarlos.